Para quien no lo sepa, del 9 al 14 de este mes he estado en la Ciudad de la Cultura con 99 artistas más de todo el mundo, más algunos críticos y comisarios. Era la primera vez que visitaba la famosa "Cidade" y tengo que decir que para las muchas posibilidades que tiene, está muy desaprovechada, pero esa es otra cuestión.
La experiencia de convivir en literas y estar las 24 horas con un grupo enorme de gente que no conoces es positiva y agotadora a la vez, ya que uno siempre echa de menos descansar la cabeza y tener un momento de desconexión en soledad, aunque para eso ya tenemos el resto de la vida. Dentro de la visión general que se queda después de cada vivencia, destacaría una cosa: los compañeros. Eso que dice tanta gente cuando pasa por una Facultad de Bellas Artes de "aprendí más de mis compañeros que de mis profesores" (lo cual llega casi a ser una coletilla fácil) me ha pasado a mí en este encuentro.
Imágenes, textos, títulos de libros, nuevos nombres del arte emergente y no tan emergente, nuevas posibilidades de rascar aquí y allá para conseguir dedicarse a esto, nuevos soñadores: esto fue lo que vi durante la semana pasada y de lo que mejor recuerdo me llevo, aparte de las excusas para estar con gente ya conocida que gracias al "Encontro" volví a ver.
Podría decir nombres de compañeros cuya obra me impactó pero eso me lo guardo para mí, o para ellos. Pero sí que voy a decirle algo a quien me esté leyendo, algún artista frustrado, alguien a quien no le salen las cuentas, al que está cansado de poner toda su fuerza, tiempo, dinero y voluntad para apenas recibir nada: No estás sol@. Somos muchos y llevamos toda nuestra vida ejercitando algo que hoy en día es un bien tan preciado: la creatividad, esa que te da el plan B, el C, el D y el W. La que te dice que lo más importante en la vida es ser feliz y/o estar satisfecho con la vida que uno lleva o con cómo ha decidido vivirla. Da igual que no puedas "vivir de esto" (no da igual, pero entendámosnos) porque vives para esto y, parafraseando a uno de mis compañeros, una cosa es a lo que dedicas tu vida y otra es cuál es la ocupación que te da de comer. Y, según he visto la semana pasada, todos encontramos tiempo para no dejar el arte, todos encontramos esas tres horitas, o una, o ocho, en la que somos lo que queremos ser, todos encontramos esos minutos, por la cuenta que nos trae.
Un besito a todos.