Se trata de una serie de 5 óleos sobre tabla de 200 x 100 cm. cada uno donde reflexiono acerca de las consecuencias del incipiente régimen talibán para la población afgana, especialmente para las mujeres.
Para ello, retrato a mujeres y niñas (a veces también figuras masculinas) afganas reales en blanco y negro que son veladas por paisajes vacíos en ocaso, normalmente con agua y nublados.
Así, represento el borrado de la población afgana en imágenes bellas y relajantes con un contrapunto inquietante, formado por las personas que no concuerdan en la escena por tamaño ni posición y de las que no podemos ver nada más que una imagen borrosa congelada en el tiempo.