Desde el pasado 16 de mayo y hasta el próximo 16 de junio, se puede visitar en Iskoö Espacio Multidisciplinar (Lugo) “De lo natural a lo humano”, una exposición en la que comparto cartel con otros dieciocho artistas.
A continuación, se puede leer el texto que el crítico de arte Carlos Lafuente ha realizado para la exposición:
Propiciatorio. Así es el arte. Y desde sus orígenes el arte ha nacido de la naturaleza, imitándola o tergiversando su razón de ser para servir al humano como lector y codificador de mensajes. Hoy en día, la libertad de pensamiento y la reflexión adherida al momento presente y vivencial de cada ser, son esenciales para los artistas. Parece como si el recuperado posicionamiento humanista del pensamiento contemporáneo se haya apegado a las búsquedas en esa insondable naturaleza, cuando sin embargo hoy sabemos que la gran naturaleza ha generado otras que responden a los más variados planteamientos. Esta exposición de Iskoö genera una invitación a esa lectura de la naturaleza desde ópticas variadas que hablan sobre esas búsquedas en la realidad que nos acontece. Algunas de las propuestas se fundamentan en la realidad, en la ensoñación o en la transformación pero todas tienen el nexo común de que lo humano, en su manipulación del medio natural, crea nuevas naturalezas en las que el pensamiento se expande y adquiere nuevos enfoques. Lo presentado aquí son fotografías, esculturas, pinturas, grabados, objetos y piezas textiles que responden a una riquísima variedad de líneas de trabajo. A través de ellas se puede realmente llegar a comprender una expresión profunda y estética fundamentada en la gran madre que sirve de base para el entusiasmo creativo del artista. Imágenes, iconos, modas, acercamientos gráficos, distancias temporales, viajes, sentimientos transcritos, etc. Todo ello sirve para explicar unas obras que se alimentan de una turba nutricia como es la contemporaneidad. Ante estas propuestas surge una pregunta: ¿qué puede hacer el individuo frente a la sociedad, a la política, a la sociedad de consumo; frente a la degradación de la naturaleza y las condiciones que nos rodean? Quizás la respuesta sea que puede subvertir y que puede invitar a mirar, haciéndonos partícipes de una visión escrutiñadora sobre la realidad cada vez más débil, más tenue, mas decolorada. Los artistas que como antaño revisitan la naturaleza, lo hacen aun tímidamente. Se hace necesario un renacimiento de la mirada hacia lo vivencial, lo real y lo gestual. Los intelectuales del mundo deben de abrir los ojos ante la existencia, ya que ella es fuente ya no solo de una materialidad sino también de un sentimiento que llevado de forma inteligente al arte, puede hacernos recobrar esa parcela de conciencia con la que nos dota la naturaleza. Lo representacional, lo simbólico y lo abstracto volverán entonces a aparecer con fuerza.
Los artistas de esta exposición, dividen su búsqueda en dos esferas. Aquella que busca plasmar narrando lo social y aquella otra que fundamenta su existir en la profunda meditación de lo emocional. Estas dos esferas si podemos llamarlas así son distantes pero se imbrican dando lugar a obras de profunda reflexión.
Todos ellos expresan palabros nuevos con los que construimos el mundo de esa cercana naturalidad cotidiana, cada día más próxima e inteligible, más ensoñadora y profunda.